Chile se convirtió en el primer país de América Latina en prohibir la entrega de bolsas plásticas

El 3 de agosto de 2018 se publicó en el Diario Oficial la ley que prohíbe la entrega de bolsas plásticas en el comercio a lo largo de todo Chile, medida que cuenta con gran apoyo ciudadano y que fue aprobada de manera unánime en el Congreso.

Desde su publicación, todo el comercio podía entregar un máximo de dos bolsas plásticas por compra. A los seis meses, el gran comercio –supermercados, grandes tiendas y retail en general- tuvieron prohibida la entrega de bolsas plásticas.

Las micro, pequeñas y medianas empresas podrán seguir entregando dos bolsas plásticas por compra hasta el 3 de agosto de 2020, donde para estos comercios también quedará prohibida la entrega. Sin embargo, las personas ya adquieran el hábito de ir con sus bolsas reutilizables, mochilas o carros para la feria al momento de ir a comprar.

La ley indica que las bolsas plásticas en que se envasan alimentos no están prohibidas (como bolsas de arroz o fideos). Tampoco aquellas que su uso sea necesario por razones higiénicas o para evitar el desperdicio de alimentos. Así, lo bolsa de la feria, que va en contacto directo con las frutas o verduras, sí se podrá seguir entregando, aunque el llamado, como ya lo hace mucha gente, es llevar las reutilizables.

La ley establece multas de hasta 5 UTM (unos $241 mil) por cada bolsa plástica que se entregue de manera indebida. Esta multa es para el comercio, no para los clientes. Para la determinación de la multa, se considerarán las siguientes circunstancias: a) El número de bolsas plásticas de comercio entregadas; b) La conducta anterior del infractor; y c) La capacidad económica del infractor.

La fiscalización dependerá de los municipios y las sanciones serán aplicadas por el juzgado de policía local correspondiente.

De acuerdo a una estimación realizada por el Ministerio del Medio Ambiente, durante los dos primeros años de aplicación de la ley se ha evitado el consumo de unas 5.000 millones de bolsas plásticas tipo camiseta.

Para explicarlo de manera didáctica, si se pusiera la cantidad de bolsas que se ha evitado entregar, una al lado de la otra, sumarían 2,75 millones de kilómetros. Es decir, 7,1 veces la distancia que existe entre la Tierra y la Luna, se podría dar vuelta a la Tierra 68 veces o se cubriría 550 veces la distancia entre Arica y Punta Arenas.

Si se considera el peso de estas bolsas que se dejaron de entregar, unas a 36.750 toneladas, equivalen a 31.680 autos o 2.041 buses eléctricos del sistema de transporte RED.

Con esta ley, Chile se convirtió en el primer país de América Latina en prohibir la entrega de bolsas plásticas, pero es el primer paso de una estrategia global para promover la economía circular en el país, que denominamos el plan Chile Circular Sin Basura.

Esta ley es complementaria al proceso de implementación de la ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP), que respecto del decreto que fijará metas de recolección y valorización para los envases y embalajes se hará cargo de otros materiales –y no sólo plásticos- que son de uso común por parte de la ciudadanía, los que actualmente en su mayoría no son valorizados.

Las metas de la REP permitirán al país pasar del actual 12,5% de reciclaje de envases y embalajes domiciliarios a un 60% al 2030, equivalente a los niveles alcanzados por países desarrollados.

También, avanza en el Congreso el proyecto de ley que regula los productos de un solo uso que se entregan en los restaurantes, casinos, clubes sociales, cocinerías, fuentes de soda, cafeterías, salón de té, panaderías, bares, u otros locales similares que comercialicen comida preparada.

Además, nos encontramos en pleno proceso de desarrollo de una hoja de ruta para la economía circular, que pondrá a Chile entre los países pioneros en el mundo en tener este tipo de instrumentos, que servirá de guía para que el país sea cada vez más sustentable. Si bien nos encontramos en pleno proceso de desarrollo, nos pusimos metas desafiantes: que al menos el 65% de los residuos domiciliarios que se generan en el país sean reciclados al 2040 y que, para ese mismo año, sólo el 10% de los residuos vaya a un relleno sanitario.